En una sesión de resonancia histórica, el Senado de la República aprobó por amplia mayoría la Ley General de Movilidad y Seguridad Ferroviaria, un ambicioso marco legal que reactiva el tren de pasajeros en México y fortalece el transporte de carga. Con 107 votos a favor, esta reforma considera el ferrocarril como una prioridad nacional e incluye la creación de la Agencia de Trenes y Transporte Público Integrado, organismo descentralizado adscrito a la SCT .

El senador José Ramón Gómez Leal, figura central del movimiento político en Tamaulipas y miembro destacado de la bancada de Morena, forma parte del impulso legislativo de esta iniciativa. En sus cuentas de Instagram y X, el legislador celebró la aprobación: “Modernizar nuestras leyes es también modernizar nuestras posibilidades. Esta nueva ley garantiza que los trenes regresen al pueblo”.

La nueva normativa establece:

-Reinserción del tren de pasajeros con rutas seguras, accesibles y conectadas en cuatro fases prioritarias (AIFA‑Pachuca, México‑Querétaro, Saltillo‑Nuevo Laredo, Querétaro‑Irapuato) y etapas posteriores que cruzarán San Luis Potosí, Guadalajara, Mazatlán y Sonora.

-Fortalecimiento del transporte de carga, reduciendo tiempos y descongestionando carreteras, favoreciendo el desarrollo económico regional.

-Establecimiento de seguros obligatorios, mecanismos mejorados de seguridad operativa y sanciones claras a concesionarios incumplidos.

-Coordinación estatal y federal por medio de la agencia, que tendrá la función de supervisar, regular y expandir proyectos ferroviarios con enfoque social.

Gómez Leal afirmó que “el tren es del pueblo y para el pueblo”, resaltando cómo esta ley promete acercar oportunidades a comunidades, generar empleos y detonar nuevos polos turísticos.

Asimismo, subrayó su compromiso con la seguridad ferroviaria, reforzada por su trayectoria legislativa; el senador ha descrito previamente la modernización legal como un paso esencial para “facilitar la vida de la gente”.

No obstante, la iniciativa no está exenta de dudas. Algunos sectores legislativos pidieron mayor claridad en la planeación territorial y la inversión pública, considerando que podría beneficiar al transporte aéreo y terrestre en determinados casos.

La puesta en marcha de esta reforma marca el inicio de una nueva era ferroviaria: con tramos prioritarios, inversión federal cercana a los 157 mil millones de pesos en la primera etapa, y una reestructuración institucional que llevará al ferrocarril a su lugar protagónico en el desarrollo nacional.

El futuro del tren ya no es un proyecto, sino una realidad legislada. Con el retorno de los servicios de pasajeros y una logística mejorada, la irrupción ferroviaria promete conectar ciudades, comunidades y tejidos sociales con un enfoque de bienestar colectivo. La promesa de Gómez Leal —“el tren es del pueblo y para el pueblo”— anuncia un horizonte donde el enfoque social y la infraestructura convergen en una visión de país moderno.

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