El gobierno mexicano ha sufrido un revés significativo en su política agrícola tras el fallo de un panel del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sobre la controversia del maíz transgénico. El panel, conformado por tres expertos internacionales, determinó que el decreto del presidente Andrés Manuel López Obrador para prohibir el maíz transgénico y el glifosato viola los compromisos comerciales de México bajo el T-MEC.
Esta decisión representa una victoria para Estados Unidos y Canadá, quienes argumentaron que las restricciones mexicanas carecían de base científica y perjudicaban a sus productores agrícolas. El fallo establece que México debe modificar su política para alinearla con sus obligaciones internacionales, lo que podría implicar la revocación o modificación sustancial del decreto presidencial.
La disputa se centra en la importancia del maíz en la cultura y economía mexicanas, contrastada con los intereses comerciales de sus socios norteamericanos. México, bajo la administración de AMLO, ha buscado proteger las variedades nativas de maíz y promover la soberanía alimentaria, mientras que EE.UU. y Canadá defienden el uso de biotecnología en la agricultura.
El fallo del panel no es vinculante, pero ejerce una presión significativa sobre México para que reconsidere su postura. La decisión destaca las tensiones entre las políticas nacionales y los acuerdos comerciales internacionales, planteando desafíos para la implementación de medidas proteccionistas en un contexto de libre comercio.
Esta resolución podría tener implicaciones más amplias para las políticas agrícolas y ambientales de México, así como para las relaciones comerciales dentro del T-MEC. Se espera que el gobierno mexicano responda a este fallo, posiblemente buscando un equilibrio entre sus objetivos de soberanía alimentaria y sus compromisos internacionales.