Durango, Dgo.— En una sociedad donde ciertos temas aún se consideran tabú o se abordan desde la indiferencia, la diputada Delia Enríquez está demostrando que la nueva generación de legisladores puede y debe marcar la diferencia. Desde su curul en el Congreso local de Durango, Enríquez ha levantado la voz en favor de las mujeres privadas de la libertad, impulsando una iniciativa que busca garantizar una menstruación digna como un derecho básico y no como un privilegio.
Su propuesta legislativa tiene como objetivo establecer un programa permanente para el acceso gratuito a productos de gestión menstrual en los centros penitenciarios de Durango. La iniciativa también contempla campañas de concientización y donación, con el fin de erradicar prácticas indignas que vulneran la salud física y emocional de las mujeres recluidas.
“Las mujeres jóvenes como yo no llegamos a la política para repetir los errores del pasado, sino para impulsar cambios profundos. Y reconocer que todas las mujeres, sin importar su condición jurídica, merecen dignidad, es uno de esos cambios necesarios”, expresó la diputada.
Delia Enríquez destacó que la menstruación sigue siendo vista como un tema incómodo en la vida pública, y que esa barrera cultural ha impedido durante años que se legisle de forma responsable y empática sobre el tema. Con esta iniciativa, busca abrir un diálogo real que permita entender la menstruación no como un asunto de mujeres, sino como un tema de salud pública, de justicia social y de derechos humanos.
Enríquez ha construido una agenda legislativa enfocada en la equidad, el respeto y el bienestar colectivo. Su trabajo es reflejo de una generación que no teme hablar de frente y que está comprometida con poner fin a la invisibilización de los sectores más marginados.
“La menstruación no puede vivirse con miedo, vergüenza ni riesgo. Las mujeres que hoy están privadas de su libertad no dejaron de ser ciudadanas, ni de tener derechos. Y como Estado, tenemos la obligación de responder con empatía y justicia”, afirmó.
La diputada concluyó su participación haciendo un llamado a todas las fuerzas políticas para aprobar esta iniciativa con altura de miras: “Este es un tema que nos une como seres humanos. Pongamos de lado los colores y pensemos en lo esencial: que ninguna mujer vuelva a menstruar en condiciones indignas”.
Así, Delia Enríquez se consolida como una de las voces jóvenes más firmes del Congreso duranguense, comprometida con transformar realidades desde la empatía y el valor de atreverse a romper silencios impuestos por la costumbre.

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